Hiperinflación alemana
El término hiperinflación hace referencia al desorden monetario
provocado por la subida rápida e incontrolada de los precios. La moneda del
país que la padece pierde su valor. Por su parte, los salarios crecen a menor
ritmo que los precios y con ello se erosiona su poder adquisitivo. La masa
monetaria circulante es enorme, pero su valor nominal no se corresponde con el real. El estado
que sufre este fenómeno asiste al derrumbe de su sistema productivo y la
principal secuela social de la hiperinflación es el desempleo.
Alemania vivió esta situación entre 1920-1923, en el que todo
comenzó con las reparaciones, las indemnizaciones de la Gran Guerra vivida a
sus vencedores. Esto llegó a un gran déficit público, unido a un déficit de la balanza de pagos, la salida del capital alemán. El déficit público se da por las
reconstrucciones, a las que se unen la imposibilidad de un aumento de impuestos
ya que la sociedad no disponía de dinero para pagarlos y en el déficit de la
balanza de pagos, disminuye el valor de la moneda, que conlleva a la
exportación de capitales, creando así más déficit en la balanza de pagos y al
aumento de la demanda de productos alemanes y al aumento de precios de las
importaciones al que se llega al aumento de los precios, a la hiperinflación,
además de la emisión de billetes por la insuficiente deuda pública del déficit
público.
Con esta hiperinflación se llega a una disminución de los ingresos
tributarios que incrementa el déficit público, además de un aumento de sueldos,
con el consiguiente aumento de costes de producción, que, unido al aumento de
la demanda real monetaria producida por la disminución del ahorro producido por
la hiperinflación, vuelve a incrementar ese aumento de precios.
Con
la hiperinflación el valor de la moneda se devaluaba en muy poco tiempo, lo que hacía
que a los trabajadores se les pagaba dos veces al día, ya que de esta manera
tenían tiempo para ir a comprar comida y bienes básicos al mediodía, antes de
que su dinero perdiera valor durante la tarde. Si esperaban a la mañana
siguiente, era muy probable que con toda su jornada no pudieran comprar ni
alimentos de primera necesidad.
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